miércoles, 25 de abril de 2012

Empleo y Tiempo de trabajo. Paul Krugman y Jeremy Rifkin.

Empleo y Tiempo de trabajo: Paul Krugman y Jeremy Rifkin.
Salario Mínimo Mundial y Reducción de la Jornada Laboral.
Confusión del sindicalismo histórico con el “patromafioso”.
Doce propuestas: Barreto. Por un futuro Humanista.
Testimonos: Blog. El Comentario Político Económico.
Por Cipriano Barreto Mendoza.
En San Sebastián, durante tres días, han participado en Empleo y Tiempo de trabajo, Paul Krugman y Jeremy Rifkin.
Ambos han coincidido en reconocer que las mejoras tecnológicas han hecho innecesaria la fuerza de trabajo.
Jeremy Rifkin, en su libro “El fin del Trabajo”, apunta que los avances tecnológicos y la robotización, están acabando con el trabajo salarial.
Esto no debería ser una novedad, pero lo es.
Con el invento de las primeras máquinas y motores, en el siglo XVIII, los obreros fueron desplazados por unas y otros.
Algunos trabajadores vieron en los nuevos instrumentos a sus enemigos mortales y trataron de destruirlos, para conservar el empleo y la necesidad de los empresarios de su mano de obra.
Así surgió el anti maquinismo: El ludismo.
En realidad, el motor y la máquina, hacen posible que el ser humano, pueda tener más tiempo libre para su realización personal.
El problema no es la mejora tecnológica, sino la propiedad privada de la misma.
La máquina, puede desocupar a los obreros y el dueño beneficiarse, pues no pagaría los salarios pero ¿entonces quién compraría los productos creados por la máquina?
En busca de “la máxima ganancia, con la mínima inversión”, se ha impuesto el uso de la tecnología y la robotización, para sustituir a la mano de obra.
En el campo, la utilización de los tractores, las trilladoras y cosechadoras, desplazaron a millones de trabajadores y las luchas agrarias, no se hicieron esperar.
El Estado, consideraba una modernidad a la máquina y para proteger a sus propietarios, se condenaba a muerte a los que atentaran contra ella.
El invento de la tecnología, no sería una amenaza para los trabajadores si fuese de su propiedad.
Lo es, porque pertenece a uno, o a algunos, y entonces el beneficio NO ES SOCIAL, SINO PARTICULAR.
Desde el siglo XVIII, se debió llegar a la conclusión inteligente que, para evitar el desempleo, las máquinas debería beneficiar a la sociedad en general y no, a unos cuantos, en particular.
El sindicalismo, el socialismo, el colectivismo tenían como meta fundamental, la propiedad social de los medios masivos de producción.
También, en consecuencia, pretendían que el Estado YA NO FUERA PROPIEDAD DE UNA CLASE, SINO DE LAS CLASES MAYORITARIAS.
La propiedad de las máquinas, por particulares, hacía que el Estado también fuese UNA PROPIEDAD MÁS, DE UNA CLASE EN PARTICULAR: Los empresarios o capitalistas.
En 1917, en la URSS, se dio la posibilidad real de que, los trabajadores y la clase media, fueran los propietarios de las máquinas y por ende, de la dirección del Estado.
La clase capitalista, se enfrentaba a la competencia de las clases mayoritarias.
La clase capitalista internacional formó un bloque contra las clases mayoritarias de la URSS.
Simplificando este hecho, La internacional capitalista enfrentó a la internacional “socialista”.
La primera, en lugar de competir, combatió a la segunda.
Y la combatió con todo.
La desintegración de la URSS en 89-91, globalizó que la tecnología y la robotización sean propiedad, del 1%.
Los medios de producción masiva y el Estado, están al servicio del 1%.
La consecuencia es, el desempleo creciente, ya no sólo en los países “emergentes”. Ahora también, en los “ricos” o neo Imperios.
El desempleo y/o la subocupación en 2012 no terminarán, por el contrario se incrementarán, con la CONTINUIDAD DE LA PROPIEDAD PRIVADA DE LOS GRANDES MEDIOS DE PRODUCCIÓN Y DEL ESTADO.
La solución al desempleo y a la crisis, está en el cambio de paradigma, que ya se daba en el siglo XVIII y que se pudo materializar con la URSS.
La desintegración de la Unión Soviética en los 90´s, interrumpió esta respuesta a la tendencia capitalista de desocupación universal.
Desde hace 40 o 50 años, he planteado que la solución humanitaria, ecológica y sustentable, está en restituir la idea socialista de que la tecnología debe BENEFICIAR A LAS MAYORÍAS Y NUNCA, SÓLO AL 1%.
Una de las medidas es la misma que plantean Krugman y Rifkin:
Reducción de la jornada de trabajo con ingreso suficiente o constitucional.
En mi propuesta, desde hace 4 décadas he considerado que la jornada de 8 horas diarias tiene más de 100 años de vigencia.
He planteado que cada 25 años se reduzca una hora la jornada, con salario íntegro (constitucional).
En la actualidad, debería bastar con 4 horas diarias.
Junto con la reducción de la jornada laboral, con salario completo, considero que son fundamentales, varios cambios de fondo y de forma:
1° Frenar y revertir la concentración de la riqueza.
2° Otorgar un Salario Mínimo Constitucional y/o un Salario Mínimo Mundial.
3° La reducción de la jornada laboral, ya explicada.
4° La creación de Una Banca Humanista, Ecológica y Sustentable en lugar de la Banca Usurera Mundial.
Estas propuestas (4) son las básicas.
Ocho más (y las que se vayan agregando) serían las siguientes:
5° Aplicar la Tasa Tobin a las transacciones internacionales.
6° Fin a los paraísos fiscales y al secreto bancario.
7° Sistema de Seguridad Social Universal. Ley Levy.
8° Todos los Derechos para Todos.
9° Modificar los Tratados de Libre Comercio.
10° Poner fin a la ERA: El hombre, lobo del hombre.
11° Iniciar la ERA: El hombre, solidario del hombre.
12° De cada quién, según sus capacidades; a cada quién según sus necesidades.
Esta “última”, propuesta personal, significa que nuestra aportación al bien común, debe ser según nuestras posibilidades PERO recibir, según nuestras necesidades.
¡NUNCA EN BASE A NUESTRO PODER DE COMPRA!
ESTO SIGNIFICA: ¡EL FIN DEL HOMBRE-MERCANCÍA!
Tanto Krugman como Rifkin, en esta reunión en San Sebastián sobre “Empleo y tiempo de trabajo” mencionan al sindicalismo como un factor negativo.
En lo personal, creo que el actual sindicalismo, mayoritariamente, es un sindicalismo mafioso, que no tiene que ver con el histórico.
La lucha de clases, entre patrones y obreros, utilizó a grupos de choque (mafias y delincuentes) en sus enfrentamientos.
Con el tiempo, éstos “brazos armados y violentos” se apoderaron de los sindicatos obreristas y se convirtieron en el Sindicato (mafia) y en los “blancos” (patronales).
Los sindicatos “rojos” (obreristas) se deformaron con una mezcolanza “patromafiosa”.
Estos “sindicatos”, los tolera el neoliberalismo, para mantener la confusión de considerarlos representativos del sindicalismo histórico, cuando no lo son.
En Colombia, el TLC, entre este país y EUA, se bloqueó varios años, por los asesinatos de líderes sindicalistas, que seguían y buscaban los derechos de los trabajadores y no apropiarse de un gremio para su personal o grupal, beneficio.
Es importante, no confundirnos con el sindicalismo histórico y los remedos criminales actuales.
El sindicalismo histórico, debe honrarse cómo un instrumento de las mayorías, para frenar la idea patronal, de que el hombre es una mercancía más.
Krugman y Rifkin, deben corregir esta lamentable confusión.
Por lo demás, coincido con ellos y aporto mis propuestas.
Especialmente las 4 primeras.
Esperando que, José Manuel Herrera, de La Razón, presente las propias.

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