miércoles, 24 de agosto de 2011

Entre dos delincuencias.

Entre dos delincuencias: Organizada e Institucional.
Narcos y militares, cierran la pinza contra México.
México evalúa: Se duplican crímenes de alto impacto.
Datos oficiales de 2007 a 2010, lo confirman,
Feminicidio se incrementa 67% en Chihuahua. Impunidad.
Adultos mayores víctimas de delincuentes y “madrinas”.
Calderón, en su informe, dirá que se está ganando.
Testimonos: Blog. Un futuro, con futuro, para el Mundo.
Por Cipriano Barreto Mendoza.
La guerra antinarco, se declaró para legitimar la Presidencia de Calderón.
El secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se otorgó, como cuota electoral al candidato presidencial, del Panal.
Durante 22 meses, el SNSP, fue una autopista para que la delincuencia organizada, se extendiera por zonas antes, “tranquilas”.
Esta “Paz: Narca-PRI”, era relativa y los narco delitos existían. Pero.
No, en las proporciones que han alcanzado TODOS los delitos. No sólo los de “alto impacto”.
Calderón pretexta que lo que hizo, declarar la guerra, era obligado e impostergable. Pero.
Se lanzó como “el Borras”, sin táctica, ni estrategia.
Empezando por una policía confiable y con un secretario ejecutivo del SNSP, producto de una cuota político-electoral.
Ni hablar, de las condiciones del sistema judicial y de impartición de Justicia, que privilegia la impunidad, la corrupción y la componenda.
Con estas, lacras, Calderón dio escobazos, al avispero.
Los gobiernos estatales y municipales de todos los colores, mantenían un pacto de hecho con la delincuencia de “no me meto en lo tuyo, pero no te metas, en mi terreno”.
Reprobable en todos los aspectos, pero relativamente, sin sangre.
Calderón, en lugar de limpiar el Sistema de impartición de Justicia, y sus aparatos preventivos y represivos, se lanza a la ruleta rusa, de la Guerra.
Para alcanzar un resultado medianamente, positivo, tenía que contar con el apoyo firmado de los EUA, para dejar de armar a los criminales, de NO lavar sus utilidades (y todas las ganancias negras, grises, azules y rojas) y finalmente, pero no menos importante, frenar el consumo y la apología de la cultura de la droga.
(Para alcanzar un resultado, medianamente positivo. No acabar con la drogadicción pero si con los daños colaterales y crímenes de alto impacto).
Sin un acuerdo firmado con EUA, a largo plazo (12-15 años) entraríamos en un tobogán, de violencia sangrienta.
Y en él, estamos.
Todos los crímenes, se han disparado.
México Evalúa, con los datos oficiales, señala: De 2007 a 2010, el homicidio creció 96%; secuestros, 188%; Robo de autos, 123%; robo con violencia, 42%; Extorsión, 101%.
Un capítulo aparte, es el feminicidio, que en lugar de disminuir, se ha disparado. Chihuahua y el Estado de México, son los líderes en número e impunidad.
Los adultos mayores, son víctimas dobles, tanto del crimen organizado como del institucional.
Los adultos mayores que viven solos o se quedan en casa cuando todos salen a sus actividades diarias, sufren el asalto y las agresiones de las dos delincuencias.
En ciudades fronterizas de Tamaulipas, el ejército o la armada, llegan en sustitución de la policía municipal o estatal, por suponerlas infiltradas y la sociedad queda sin protección alguna y en el completo abandono.
Los militares, son o deberían ser, reemplazos confiables de los policías, pero algunos repiten los vicios de los judiciales y municipales:
Algunos se trasladan con “madrinas”, que asaltan las casas, que los rondines militares, califican de solas o con habitantes vulnerables.
Cualquier casa en zona popular, de un piso o dos, pero con aire acondicionado, se convierte en “blanco narco”, gracias a la “inteligencia” militar.
La invasión de la policía del Edomex, en el Distrito Federal, en el hogar de varias familias, en la zona de Tlalpan, violentaron a maestros universitarios, mujeres y niños menores y adultos mayores.
Las autoridades de Edomex, ya pidieron disculpas, por los amagos, insultos y robos de pertenencias a sus moradores, pero.
Volviendo a la frontera tamaulipeca, un adulto mayor, sufrió el saqueo de una casa de dos pisos, que se había habilitado como casas independientes y amuebladas, para rentarlas y sustituir una pensión que La Suprema Corte de Justicia de la Nación, ANULÓ porque no se solicitó en un plazo de tres años, de su última cotización al IMSS.
Esta violencia del sistema de pensiones, se fraguó, en los 90´s, porque los fondos se destinaron a todo, menos, a lo que se debía.
Decenas de miles, cometieron el “error” de no solicitar su jubilación, en el término de tres años, por considerar que todavía podían conseguir otro empleo, o se podían sostener con otro recurso, al margen de la pensión del IMSS.
Algunos simplemente, no demandaron de inmediato la jubilación, para no considerarse “desechables y/o vividores”.
El exceso de autoestima, los colocó en el pretexto que la “Justicia”, buscaba para eliminar su derecho ganado, a una pensión.
Una ley, anticonstitucional, (que cancela derechos ganados, por no tramitar la pensión, en ciertos plazos) se volvió retroactiva en los hechos aunque no en la letra,y canceló los derechos de miles de pensionados por derecho, pero expropiados por decisión final de la SCJN.
Miles se ampararon y algunos lograron salvar el trámite, pero por influencias cupulares.
La gran mayoría de los pensionados, por derecho, se vieron despojados de tal derecho, por una decisión fascista, de jueces que ganan medio millón de pesos al mes.
¡Buen provecho, criminales de cuello jurídico!
Pero, regresemos a la frontera tamaulipeca.
Después del asalto a nuestra pensión, por la SCJN, “las madrinas” que acompañan a algunos militares, reciben la información de que negocios y casas pueden “visitarse”.
En un fin de semana de agosto, la persona mayor de 70 años, se queda en la casa para aprovechar la presión de agua de la madrugada, para regar varios árboles frutales, entre las 4 y 5 a.m., escucha un estruendo, y al bajar, al patio descubre, que está en curso, un operativo en una casa distante 50 metros, un militar se acerca y pregunta con prudencia, nombre y oficio del morador.
Tras identificarse, el vecino, el militar sigue con su discreto interrogatorio. ¿Cómo están las cosas, en la colonia? ¿Hay narcos, tienditas, distribuidores? ¿La casa está sola? ¿Cada cuándo, viene a regar?
Aunque a todo se dice, no, y que se riega diario, a los dos días saquean parcialmente, la casa. En los charcos formados por el regado, se aprecian huelas de botas.
En un mismo día, ocurren dos saqueos. Uno que hacen los “jefes” y el que viene a ser el botín de los segundones: El saqueo de la instalación eléctrica y muebles menores.
Todos los aparatos eléctricos y herramienta se roban en los primeros atracos. Después se deja el saqueo “pulga” a delincuentes menores de edad.
Al reportar el robo, y a sabiendas de su inutilidad, se nos dice que debemos hacer la denuncia formal, pero que no pueden ir, ¿por temor a ser emboscados?
Durante una semana, continuó el saqueo, de lo más comercial, a lo más inútil.
La policía militar, brilla por su ausencia. La ciudad está sin municipales, tránsito y judiciales. Su reemplazo son los uniformados y sus resultados son: Peores.
Hace un año, la misma persona mayor sufrió un robo parecido. Los delincuentes, un sábado en la mañana, invaden la casa y se llevan computadora, impresora, dinero y herramienta eléctrica.
Un pariente, que había sido víctima de los ladrones, recomienda no mencionar lo del dinero, pues se volverá blanco de otros maleantes.
Al hacer el reporte del robo del celular para hacer efectivo el seguro, el agente ministerial recomienda visitar las casas de empeño, para ver si localiza sus pertenencias.
Hoy, la casa está abandonada.
El recurso de alquilarla, para sustituir la pensión robada por la SCJN, también lo desaparecieron los maleantes:
Institucionales y organizados.
Calderón, en su informe, dirá:
¡Qué se está ganando, la guerra al crimen!
Un crimen más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario