miércoles, 21 de septiembre de 2011

Decálogo del Saqueo. El Consenso de Washington.

Decálogo del Saqueo: Consenso de Washington.
La Revolución de los ricos. Neoliberalismo.
Decálogo de los sicarios usureros.
Estado, regulador del mercado.
Sociedad, reguladora del Estado.
Mercado, incapaz de regularse.
Testimonos: Blog. Un futuro, con futuro, para el Mundo.
Por Cipriano Barreto Mendoza.
En noviembre de 1989, John Williamson, un economista inglés, recopiló varias propuestas que ya se venían aplicando, en varios países desde los 70´s, en los países “tercermundistas”, por las gerencias de las multinacionales.
El Fondo Monetario Internacional, con las Cartas de Intención que impuso a gobiernos, en los inicios de los 80´s, ya incluía varias de estas recetas.
El decálogo de Williamson, reunió diez reformas económicas, impuestas por Wall Street, en sus comienzos pero con la aprobación posterior del grupo de los siete.
En lo personal, el Consenso de Washington, se empezó a gestar cuando los sindicatos de las empresas emblemáticas de EUA, fueron privatizados por la mafia (o los empresarios) en los 60´s.
El Sindicato y los sindicatos “blancos”, marginaron a los sindicatos obreros, en la toma de decisiones contrarias a sus intereses. Y.
Las grandes empresas de alto valor agregado, empezaron su fuga a los países tercermundistas con salarios 8 a diez veces más bajos y con subsidios de todo tipo.
El Consenso de Washington, se empezó a gestar, cómo una respuesta a las crisis de deuda de México, Brasil y Argentina en los inicios de los 80´s, responsabilizando a sus gobiernos de ella, cuando la habían provocado intencionalmente, la banca y las multinacionales (las petroleras, particularmente, en el caso azteca).
México, desde 1938, tenía conocimiento de sus reservas petroleras, pero el precio para su extracción, era cercano a un dólar el barril, en los 60´s.
Igual, casi, al que se obtenía por su venta.
Al mismo tiempo, EUA se vio presionado por Francia y Alemania, a convertir sus dólares en oro, según el Acuerdo de Bretton Woods.
Wall Street, en 1971, utilizó a Nixon para dar un golpe de Estado monetario y financiero, y canceló tal convertibilidad.
El dólar se respaldó a sí mismo.
Esto no sería, grave si EUA contara con los Bienes, Productos y Servicios, canjeables por los dólares que inundaban el Mercado Mundial. PERO.
No era así.
De hecho con la fuga de las empresas de alto valor agregado, hacía paraísos laborales, impositivos, regulatorios, ambientales, etc. EUA iniciaba su caída económica.
Al cancelar, unilateralmente, la conversión del dólar en oro, la divisa verde se devaluó y su poder de compra se vino a pique, por lo que la BUM y las multinacionales, buscaron deshacerse de ellos e intercambiarlos por materias primas y minerales, como el oro negro.
La llamada crisis de la Deuda en Latinoamérica y el Caribe, fue causada por un dólar bilimbique.
México, particularmente, fue engañado por la Banca Usurera Mundial y las petroleras, con precios del barril 15 a 20 veces más altos que sólo sirvieron para disparar la deuda y regalar el petróleo.
En 2008-2009, se intentó repetir el numerito, cuando el barril de crudo se acercó a los 150 dólares, con un incrementó triplicado, con el propósito de engancharnos con deuda o contratos leoninos, para la exploración en el mar profundo, que es tres a cinco veces más cara su extracción.
Un barril a 50 dólares no entusiasmaba, pero un barril a 150 o 200 dólares, ya es otra cosa.
México ahora no cayó en la trampa, pero si lo hicimos en los 70´s y 80´s con el cuento de los precios del petróleo, 15 a 20 veces más altos.
La moraleja es que, los países “emergentes”, no deben creer los cuentos de Wall Street y la BUM.
Lamentablemente, los países periféricos al G-8, una y otra vez, se han tragado el anzuelo.
El Consenso de Washington, es uno de ellos.
Según sus jilgueros, con este Decálogo, se evitarían las crisis por la deuda en América Latina y el Caribe, mediante dos medidas, principalmente, que la evitarían:
1°- Equilibrio fiscal. Déficit fiscal no mayor al 1 a 2% del PIB. Presupuestos equilibrados.
2°-Gasto público. Estatal en educación, salud y defensa. Privado en el resto, incluyendo infraestructura.
En caso alguno, se incluyó la distribución de la riqueza e ingreso, mediante los salarios mínimos con capacidad de compra NO atados a la inflación y/o con movilidad por arriba de ella.
Es decir, que de acuerdo con el Equilibrio fiscal del Estado. También la economía familiar debería tener y mantener un equilibrio, mediante la movilidad salarial por arriba de la inflación. Déficit familiar, también menor al 1 o 2% del PIB familiar.
El Consenso de Washington, es un mecanismo para apoderarse de la renta, de ALyC y mantenernos en crisis permanente pero ya no sólo de deuda, también de otros factores económicos y sociales.
La gran mayoría de los economistas neoliberales, insisten en que “el continente de la esperanza” ha hecho bien su tarea pues la deuda está controlada. PERO.
A costa de la pobreza de la mitad de la población y de una altísima concentración de la riqueza en el 1% de la misma.
“El continente de la esperanza” es hoy: El continente de la desesperanza, de la desigualdad, de la criminalidad, de la injusticia. Y.
Con una deuda, “controlada”, pero eterna.
La BUM, tiene secuestrados los presupuestos nacionales.
El saqueo puede abarcar entre un tercio y la mitad del presupuesto de gasto.
El servicio de la Deuda, no se cataloga como déficit, pero de hecho, lo es.
El punto principal, del Consenso de Washington: La disciplina fiscal y el equilibrio fiscal, nunca ha existido si el déficit, en lugar de ser el 1 o 2% del PIB es: ¡10 o 15% por el servicio de la deuda!
El Consenso de Washington no sólo ha contribuido con su granito de arena, a esta situación de tragedia.
Es más de la mitad de la arena. Es:
El Decálogo del Saqueo. PERO.
El saqueo, no es sólo de ALyC.
Ahora la extracción de rentas, es mundial.
Incluyendo a las poblaciones de los países “ricos”.
El equilibrio fiscal gubernamental que impusieron a otros, nunca lo siguieron por la simple razón, de que tenían a los países “emergentes”, para sangrarlos en caso de que se disparara el déficit.
Hoy, saquean a sus compatriotas, porque TODAVÍA tienen recursos.
Recursos, no de la productividad, sino de que recibieron parte del botín.
De su complicidad.
Los saqueadores minoristas, sufren el saqueo de los mayoristas. Y.
¡Se indignan!
¡Qué poco aguante!

No hay comentarios:

Publicar un comentario