lunes, 25 de julio de 2011

La mala fama de Gordillo.

La mala fama de Gordillo. ¿Por pacificar al magi$$$terio?
¿Por la enseñanza laica? ¿Por mejorar ingresos del profesorado?
¿Por su mal gusto y despilfarro? ¿Por su Poder político y económico?
¿Por qué se la jugó, contra el PRI y ganó, dos veces, y le ruega que regrese?
¿Por su corrupción ligth, que no le llega a banqueros y gasolineros?
¿Por salpicar a políticos, intelectuales y comisionados sindicales?
¿Los forbistas públicos y anónimos, sí tienen “buena fama”?
Testimonos: Blog. Un futuro, con futuro, para México.
Por Cipriano Barreto Mendoza.
El corresponsal de El País, Pablo Ordaz, entrevistó a “La Maestra”, Elba Esther Gordillo, la mujer más poderosa de México.
El título no podía ser más descriptivo y real.
Entre orgullosa y cínica, declaró: “Sé de mi mala fama”. Y.
Sólo faltó que agregara: ¡Y me vale!
Efectivamente, Elba Esther tiene “mala fama”, por ejercer un cacicazgo, que mantiene a millón y medio de profesores, laborando con escasa represión, nulo derramamiento de sangre y un generoso salpique de aviaduría$$$$$$.
Ya no se recuerda que en el cacicazgo de Carlos Jonguitud, los crímenes por motivos político-sindicales, pasaron de los 70.
A la cuenta de “La Maestra”, sólo se le podría cargar el caso de Misael Núñez, en el Edo. De México.
El cacicazgo de Gordillo, ha sido leve, no sólo regalando aviadurías a los más revoltosos y violentos, sino con Apertura y Libertad para todas las corrientes políticas en el SNTE y cancelando la Clausula de Exclusión.
La “mala fama”, tal vez sea porque más de una vez, se ha negado a que la poca o mucha educación (y de mucha o poca calidad) deje de ser laica.
Aceptando, que el 70% de los concursantes para una plaza de maestro, han reprobado en el reciente examen y que de cualquier manera, se les dará una plaza, esto no necesariamente, significa que la educación sea deficiente.
Los profesores, más que conocimientos (necesarios, por supuesto) deben tratar de armonizar las enormes desigualdades (de todo tipo) de los alumnos.
Además de la cantidad, hay que lograr, dentro de lo humanamente posible, que el mosaico cultural, social y económico del grupo, no se deshaga de las manos.
Tampoco que sea un masacote.
Mantener una aceptable cohesión humana en el grupo y hacer que aprenda lo más elemental, sin el uso de: “la letra, a sangre entra”, ya es toda una proeza.
Los conocimientos son fundamentales y se debe exigir a los maestros que los tengan, pero.
¿Qué tal, si se tienen (los conocimientos) y el grupo, receptivamente, es un desastre?
Tampoco vamos a evaluar la pedagogía de los mentores.
Porque sería un error.
La gran mayoría que solicitan una chamba de maestro, no lo hace por vocación.
Su motivación es tener un trabajo. El que sea. El chiste es no estar desempleado.
México no es un país que premie la vocación y que lo haga con trabajos de regular ingreso, con ascensos y con prestaciones de Ley.
Son contados los empleos vocacionales y con estas condiciones.
“Gracias” a que la clase política ha legalizado que se concentre la riqueza en unos cuantos y que se “paguen” salarios 15 a 20 veces, más bajos que en los países ricos, es que no tenemos un abanico de empleos.
“Gracias” a que somos una neo colonia de los países “ricos”, es que tenemos una sociedad extremadamente diferenciada, heterogénea y desigual.
Por lo mismo, los aspirantes o maestros en funciones, son tan desiguales como sus alumnos. Y.
Con las crisis económicas y la satanización y/o cancelación del Estado de Bienestar, no debería sorprendernos que el 70% de los concursantes por una plaza de maestro, reprueben.
Lo asombroso, es que no sean todos.
Es una maravilla, que siendo disfuncional la sociedad, el sistema educativo, sólo lo sea un 50%.
Es más. En un país kafkiano como el nuestro, hay que reconocer que “la Maestra”, no recurra al fraude (la “mala fama”) y que no falsifique los resultados de la prueba.
La “mala fama” es quizás, sólo quizás, por no hacerlo y así, negar su “mala fama”.
También quizás, sólo quizás, por rechazar una educación religiosa.
De por sí, no somos muy partidarios de la ciencia y si de Harry Potter.
¡Imagínemos a Sandoval Íñiguez, dando cátedra, a la CIA, de cómo hacer que pierdan los candidatos presidenciales de “izquierda”!
De plano, que Elba Esther, no se mide con su “mala fama”, a favor y en contra.
¿Será que le gusta estar en la punta de la lengua de sus críticos?
¿Será masoquismo o un sadismo bien entendido?
¿Será un feminismo anti machista o un Beatrizparedes, al revés?
No nos hagamos bolas.
Tal vez la “mala fama” también se deba, a que millón y medio de mentores reciben el 3% del PIB, cuándo podíamos agregarle esa cantidad, al 6% del PIB, que se roban los banqueros por el Fobaproa –IPAB.
O quizás.
La “mala fama” de Gordillo, se debe a que roba más de los 50 mil millones de pesos anuales, que agregan a su cuenta los gasolineros, por entregar litros incompletos.
La Dictadura Perfecta, de la Banca en México y en todo el Mundo, necesitan de muchas Gordillo, que distraigan el saqueo impune que cometen día con día y sexenio tras sexenio.
La clase política, la mediática y la académica (cortesanos todos, del neoliberalismo sanguijuela) necesitan de muchas “maestras”, para mostrar la paja-corrupción ajena y nunca jamás, la viga-corrupción propia.
En resumen:
La “mala fama” de Gordillo, es pecatta minuta, comparada con la nueva comalada de forbistas públicos.
Y también:
De los forbistas anónimos.
Comparada con ellos, “La Maestra”, es la Madre Teresa.
Voto, por su beatificación.

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